Esos pastores y líderes han entendido que la unidad espiritual debe ser buscada solamente entre cristianos que aceptan únicamente las enseñanzas de la Biblia como Palabra de Dios y se niegan a aceptar las novedades doctrinarias surgidas en los últimos cincuenta años en grupos pentecostales y carismáticos. Ellos entienden, además de eso, que todas las iglesias, independientemente de la cultura de sus miembros, necesitan buscar la dirección del Señor, a través de los nueve dones espirituales (mencionados en 1 Co 12: 8-10) y bajo la supervisión de los cinco ministerios referidos (Ef 4: 11) ya que a éstos concierne el gobierno de la iglesia. Esto ocurre porque las enseñanzas de la Palabra de Dios y la manifestación del Espíritu Santo están por encima de culturas y tienen validez en cualquier punto geográfico o época de la historia.

Estos siervos comparten, también, el entendimiento de que la Iglesia necesita poner en práctica las enseñanzas Bíblicas sintetizadas en las “Doctrinas Básicas” explicadas en esta página web, las cuales fueron entendidas por la iglesia fiel en varios períodos de la historia en épocas de avivamiento, en particular en el inicio de los movimientos pentecostales. Sin embargo, a medida que el avivamiento iba terminando, las iglesias se institucionalizaban y se volvían más autosuficientes, y sus líderes empezaban a descuidar la práctica de las mismas enseñanzas, sobre todo la dependencia de las revelaciones del Espíritu Santo para su orientación.

Finalmente, esos pastores y líderes decidieron impulsar la divulgación, incluso a través de esta página, de esas enseñanzas y de las experiencias de iglesias en diversos países que las están practicando con éxito. Ellos esperan que, al tomar conocimiento de esa Obra que el Espíritu Santo está realizando en nuestros días, otros siervos de Dios sean estimulados a vivir esas doctrinas, con la certeza de que el resultado será el despertar espiritual de sus iglesias.